jueves, 19 de abril de 2007



La novela gráfica de Superman "Paz en la Tierra" (Superman: Peace on Earth) es otra incursión en el campo de los cómics pintados del célebrado Alex Ross con el excelente guionista Paul Dini (coproductor de "Batman: The Animated Series" y la serie animada de "Superman"); en este caso Ross elabora el arte, Dini los textos, y la historia es producto de estas dos cabezas pensando al unísono. El argumento se encuadra dentro de esa tendencia que se percibe con claridad en el mundo de la historieta industrial a partir de los años ochenta, y que consiste en que a partir de esos días, los superhéroes adquieren licencia para que a veces resulten derrotados. "Paz en la Tierra" se inicia con una Metrópolis en época de Navidad donde nuestro "Hombre de Acero" salva a una chica muerta de hambre llevándola a un refugio, y de repente comprende que con todo y sus superpoderes, él es incapaz de auxiliar a tantos mendigos y desamparados que las grandes ciudades arrojan a la calle todo el tiempo. Tocado por el espíritu navideño, Superman comprende que constituye un escándalo, que a pesar de existir comida suficiente para todos los hombres en el mundo, todavía haya millones de personas que literalmente se estén muriendo de hambre. Así pues, el señor Kent emprende una cruzada para que durante un día, el excedente alimenticio de los países industrializados pueda repartirse entre todos los necesitados del mundo. En el transcurso de esa jornada vemos a Superman distribuyendo comida en Estados Unidos, Latinoamérica, países europeos en guerra, naciones africanas y asiáticas. Lo interesante es que en el proceso de distribución, Superman va comprendiendo lo inútil y lo bastante iluso de su tarea. En alguna parte un niño le pregunta a Superman si vendrá al día siguiente a traer más comida y Superman se queda sin palabras; en otro lugar un dictadorzuelo tercermundista hace negociados oscuros con los suministros que trae el hombre volador; por acá lo recibe una pedrea de una muchedumbre azuzada políticamente; por allá la gente enloquece y crea tremendo caos social; por acullá ciertos gobernantes destruyen la ayuda que trae Superman. En fin, acaecen toda clase de reacciones que en últimas llevan a que la misión del héroe resulte incompleta y fracasada, y a que en medio de la impotencia, el kryptoniano reconozca que existen problemas humanos que sencillamente le resultan imposibles de resolver.

A mi modo de ver en este cómic pueden destacarse varios aspectos. En primer lugar señalaría que la historia apunta en esa dirección que ya apuntaba cierto proverbio de las abuelitas ( "El que se mete a redentor muere crucificado") o cierto aforismo de un filósofo ("Toda buena acción obtiene su merecido castigo"). En efecto, al ayudar a la gente, Superman no tiene en cuenta la paradoja de que muchísimas veces a los humanos no nos gusta que nos ayuden. La tarea de Clark Kent es inútil por que nuestra especie más bien tiende a ser esquizoide: Implora ayuda a gritos ante una enfermedad o problema, pero cuando se la va a auxiliar, no quiere que le quiten su enfermedad o problema; es más, los humanos más bien tendemos a enamorarnos de nuestras enfermedades o problemas. En segundo lugar señalaría que "Paz en la Tierra" es otro cómic donde los superhéroes exhiben sus límites. Aquí ya estamos lejos de esos suprahombres omnipotentes de las historietas de hace unas décadas; al final de su aventura, Superman reconoce que existen problemas frente a los cuales de nada le sirven su tremenda fuerza, su visión de rayos equis o su superoído. Concretamente acepta que nada puede él contra "las almas egoístas de los hombres"; acepta -¡oh ironía!- que un superhéroe puede salvar a todo el Planeta Tierra y nada puede hacer por la pequeña alma de un hombre (de hecho en el discurso final de Superman, se insinúa que a la especie humana no la puede ayudar una especie suprahumana sino que la misma especie humana tiene que hacerse cargo de sus embrollos). En tercera instancia, y como alternativa ante los dos eventos anteriores, el cómic propone que el hombre, más que con pan, debe alimentarse con conocimiento (la misma tesis vieja de Sócrates según la cual el mal se deriva de la ignorancia) y que una verdadera "Paz en la Tierra" pasa por la solidaridad, por el compartir con los demás no sólo nuestros conocimientos sino nuestro tiempo y nuestro amor. Incluso, para predicar con el ejemplo, la última secuencia de la historieta nos muestra a un Superman que comparte con unos niños no sus superpoderes sino su sabiduría acerca de la vida; un Superman entendiendo que el mundo no sólo se arregla aporreando a troche y moche a los "malos" que se le crucen por el camino.

Pero no sólo desde el punto de vista del contenido, "Paz en la Tierra" es un cómic interesante; también lo es desde sus elementos formales.De entrada llama la atención la figura de este Superman. No es el veinteañero con cuerpo de "top model" masculino al cual ya estamos resignados en tantos y tantos insufribles números de DC Comics, sino un Superman treintañero más bien robustico, más bien entradito en carnes y que si se descuida un poquito ya podría sufrir problemas de peso. Así mismo, llama la atención que a tono con el superhéroe filosófico de esta entrega, la expresión del rostro de Superman tiende a ser grave, cejijunta, meditativa. Agreguemos también que el cómic pintado en vez de dibujado, da una sensación de volumen más contundente, y de ahí que por momentos ciertas viñetas adquieran calidad casi fotográfica.

"Paz en la Tierra" le proporciona un toque más aterrizado y desencantado al siempre luminoso cómic de Superman, Ross y Dini han creado una versión que juguetea entre la luz y la sombra y que no sólo se queda en el primero de estos dos extremos. En "Paz en la Tierra", ya casi no hay rastros del cómic juvenil análogo a los cuentos de hadas que generalmente es el que pulula en los kioskos; más bien nos encontramos con un final donde no todos "viven felices y comen perdices", sino otro donde no solamente no todos son felices, sino que algunos ni siquiera comen.



Si Superman fracasa en la lucha contra el hambre, no quisiera pensar qué ocurriría en números del cómic donde Superman luchara contra desdichas sociales como el desempleo, el analfabetismo, la prostitución o el trabajo infantil.

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